Hay que destacar la importancia de la familia como grupo, grupo en el que aprendemos a comportarnos, donde se determina la forma en la que pensamos y enfocamos nuestras experiencias, donde aprendemos una serie de reglas morales y valores sobre nosotros y el entorno, aquello que consideramos correcto de lo que no… En definitiva, la familia nos ayuda y enseña a crecer, siendo las primeras personas con las que comenzamos a relacionarnos.
Pero, ¿qué ocurre cuando existen problemas entre los miembros de la familia?, ¿o cuando existen conflictos entre padres e hijos? ¿y entre hermanos?, ¿qué sucede cuando uno de los miembros presenta una dificultad que provoca problemas en sus relaciones familiares?
Estos conflictos fomentan:
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expresión emocional negativa
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conductas o expresiones inadecuadas
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incremento de pensamientos e ideas negativas acerca del acontecimiento y de la implicación o respuesta de cada miembro de la familia
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disminución de la expresión de afecto a nivel familiar
Por ello os proponemos pautas para aprender a manejar disputas familiares:
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Cambia la manera de enfocar el problema. En ocasiones nos centramos en saber quién lleva razón y quién tiene la culpa, por lo que no salimos de esa situación. Esta posición nos lleva a sentir un intenso malestar en nosotros mismos y en el resto de la familia. Si cambiamos el enfoque de la situación cambiaremos nuestra actitud hacia el problema.
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Fomento del diálogo: conoce cómo ha vivido la situación cada miembro de la familia. Cada uno necesita un espacio y un tiempo para expresarse, todas las opiniones son importantes.
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Respeta. Todas las emociones son válidas e importantes, empatiza y comprende porqué la persona se siente de esa manera.
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Saca la parte positiva de la situación y ponlo en común con el resto de la familia. Os ayudará a comunicaros y a ser consciente de los valores y puntos fuertes.
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Perdona. Sé consciente de aquello que haya podido hacer daño y discúlpate, se trata de un ejercicio muy útil, necesario y que permite expresar el afecto que sentimos, pero un poco olvidado en ocasiones.
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Aprende. Analiza la situación ocurrida, cómo hemos actuado, paso a paso y cómo ha reaccionado el entorno. Así, no llegaremos a situaciones límites en un futuro, sino que aprenderemos a detectarlas a tiempo y evitaremos consecuencias mayores.
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